viernes, 17 de agosto de 2012

Minería urbana: Más oro y plata de lo creído en la basura electrónica

Se calcula que nada menos que 320 toneladas de oro y más de 7.500 toneladas de plata son usadas actualmente en el mundo cada año para fabricar PCs, teléfonos móviles, ordenadores tableta y otros dispositivos electrónicos y eléctricos, agregando cada año un aumento de 21.000 millones de dólares en el valor total de los metales esparcidos en la basura electrónica y que podrían ser recuperados a través de técnicas adecuadas en lo que ya se ha dado en llamar "minería urbana".
Fabricar estos productos de alta tecnología requiere más de 16.000 millones de dólares en oro y 5.000 millones en plata, lo que supone un total de 21.000 millones de dólares inmovilizados cada año en dispositivos electrónicos. Sin embargo, la mayor parte de estos dos metales se desperdicia, ya que en los países desarrollados o en vías de desarrollo sólo el 15 por ciento o menos del oro y la plata son recuperados apropiadamente de los aparatos electrónicos ya inservibles que conforman la basura electrónica.
Paradójicamente, los desperdicios electrónicos contienen actualmente "depósitos" de metales preciosos de 40 a 50 veces más ricos que los yacimientos explotados en las minas. Así lo han determinado los expertos de 12 naciones que se reunieron recientemente en un congreso celebrado en Accra, Ghana, África, organizado por la Universidad de las Naciones Unidas y la Iniciativa de Sostenibilidad Electrónica Global (GeSI, por sus siglas en inglés).
Las cantidades de oro, plata y otros metales preciosos disponibles para su recuperación de entre la basura electrónica están creciendo rápidamente al mismo tiempo que lo hacen las ventas de productos eléctricos y electrónicos, incluyendo la nueva categoría de ordenadores tableta (con 100 millones de unidades vendidas según las estimaciones para este año, una cantidad que se calcula que casi se duplicará en 2014).
Con respecto sólo al oro, los productos eléctricos y electrónicos consumieron el 5,3 por ciento (197 toneladas) del suministro mundial en 2001 y el 7,7 por ciento en el pasado año (320 toneladas, igual al 2,5 por ciento de las reservas de oro de EE.UU. existentes en las cámaras acorazadas tanto de Fort Knox en Kentucky, como en el Banco de la Reserva Federal en Nueva York).
En ese mismo periodo, aún cuando el suministro anual de oro en el mundo subió un 15 por ciento (de aproximadamente 3.900 toneladas en 2001 a 4.500 toneladas en 2011) el precio por onza se incrementó desde algo menos de 300 dólares a más de 1.500.
Tal como advierte Luis Neves, presidente de la GeSI, es esencial adoptar modelos de consumo más sostenibles y reciclar al máximo los materiales si los consumidores quieren seguir disfrutando de los dispositivos de alta tecnología que hoy en día están presentes en sectores comerciales de todo tipo, desde el de las comunicaciones al del transporte, pasando por muchos otros. Este cambio de estrategia además facilitaría la transición hacia un bucle bastante bien cerrado de la disponibilidad de esos materiales y también contribuiría al fortalecimiento de una economía verde.
"En lugar de mirar a la basura electrónica como una carga, necesitamos verla como una oportunidad", razona agudamente Alexis Vandendaelen de la empresa belga Umicore Precious Metals Refining. Él apuesta por reemplazar el concepto de "gestión de residuos" por el de "gestión de recursos".
Chris Slijkhuis de MBA Polymers, una empresa especializada en el reciclaje de plásticos, señala que una tonelada de plástico producido por medio del reciclaje requiere una décima parte del agua y de la energía invertidas en fabricar una tonelada de plástico nuevo, y produce de una a tres toneladas menos de dióxido de carbono (CO2), el gas de efecto invernadero considerado el principal culpable del cambio climático global. Reciclando sólo la mitad del plástico presente en la basura electrónica de la Unión Europea ya se ahorrarían 5 millones de kilovatios hora de energía, lo que supone unos 3 millones de barriles de petróleo en materias primas y casi 2 millones de toneladas en emisiones de CO2.
Más allá de la oportunidad de recuperar materiales valiosos, entre los que también figuran el cobre, el estaño, el cobalto y el paladio, una gestión adecuada de los aparatos electrónicos domésticos que han llegado al final de su vida útil puede evitar que terminen tirados en vertederos o sean exportados de maneras poco éticas a países en vías de desarrollo con los consiguientes riesgos para la salud y el medio ambiente.
Fuente: Noticiasdelaciencia.com / Amazings.com


http://noticiasdelaciencia.com/not/4935/mas_oro_y_plata_de_lo_creido_en_la_basura_electronica/

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